Personaje en busca de director

Todo tiene que ver siempre conmigo. Soy mi referencia favorita. Cuando venia en el taxi hace unas horas (ya era de mañana) recordé que muchas veces he imaginado que soy personaje involuntario de alguna película y que hay cámaras filmando cada uno de mis gestos. Mi egocentrismo no tiene límites.

Y ahora en el taxi (hace poco vi Lost in translation, fue inevitable recordarla cuando regresaba), me veo en una escena más de tantas. Tirada sobre el respaldar, mirando por la ventana y tan inexpresiva que nadie podría sospechar que hay pensamientos en esa cabeza y sensaciones en el resto del cuerpo.

Por la ventana veo cómo los semáforos parpadean con el único color que funciona a esta hora (el reloj del conductor marca las cinco y cuarenta) y me pregunto si realmente mi boca sabe a tallarines con albahaca como me ha dicho alguien y si es cierto que esa pancita que tengo me hace “más humana” (“...porque más 'alien' no te hace, ah”).

Nadie adivinaría que pienso, que siento, que todavía respiro, porque sólo me estremezco un poco cuando el taxi pasa por algunos baches.